De acuerdo a la programación y al plan establecido desde comienzo de curso, procedemos a ofrecer el listado de lecturas para esta segunda parte de la primera evaluación, tras haber superado (y sobrevivido) a Poe y sus relatos de horror. En esta ocasión damos a nuestros alumnos la posibilidad de elegir entre 37 novelas o colecciones de cuentos (ahí es nada),de los que se seleccionará uno y se comunicará al profesor durante esta semana. Todos ellos están en la Biblioteca del instituto o en la Municipal de Teruel, para que no sea necesario -a menos que uno lo desee- comprarlo. De la forma de evaluación hablaremos en clase estos días, porque ofreceremos dos modalidades. La selección es algo ecléctica, con predominio de las aventuras y el terror, pero incluye también otras modalidades y opciones. La extensión también es relativa: de las apenas cien páginas de las dos novelas cortas de Steinbeck a las 400 de otros autores. En algunos casos, la ayuda de los padres puede resultar muy útil, pues no pocas de ellas habrán hecho las delicias (o habrán sido el potro de tortura) de ellos y hasta es posible que en algún trastero o desván se halle una vieja edición que merezca una nueva oportunidad. De todas estas opciones de lectura presentamos un breve resumen, que ha de servir para despertar el interés de los alumnos, para que busquen datos o para que, no nos engañemos, vean cuál es más corta:
Un autor que aparece con cuatro novelas y una colección de relatos es Sir Arthur Conan Doyle, padre del inmarcesible y admirable Sherlock Holmes y su inseparable Watson. Por un lado están las cuatro novelas clásicas: Estudio en escarlata, El sabueso de los Baskerville, El signo de los cuatro y El valle del terror y, luego, de entre los relatos, hemos seleccionado el primero: Las aventuras de Sherlock Holmes. Son novelas y relatos que exigen concentración y que despertarán la agudeza y el ingenio de algunos, además de descubrir a un autor que es mucho más que este personaje (y este último algo más que el personaje que ha ofrecido el cine reciente).
John Steinbeck (se cumplen 50 años de su muerte en 2018) tiene dos novelas cortas en el listado: La perla y De ratones y hombres. La primera de ellas no es de aventuras ni de horror, sino que es una reflexión sobre el destino, la riqueza y la ambición a través de la historia del pescador Kino, que encuentra una perla de incomparable belleza y valor. La segunda tiene algo de picaresca a través del relato de las andanzas en busca de trabajo de dos entrañables amigos -George y Lennie- por los campos de California durante la Gran Depresión. Steinbeck es maravilloso y la lectura de esta obra puede llevar a otras cumbres como Las uvas de la ira, aunque eso será para otro momento.
Fernando Lalana posee varias novelas en el listado, algunas de ellas ambientadas en Zaragoza (La tuneladora), por aquí cerca (La maldad o algo parecido), en la lejana Rusia y con el ínclito Stalin de por medio (El comando Gorki) o en un sentido y humorístico homenaje a las novelas del Oeste (Una bala perdida). Fernando Lalana es, posiblemente, el de los mejores escritores de novela juvenil (y de teatro) que hay en la actualidad y las novelas elegidas son buena muestra de ello: misterio, algo de terror, ambientación de época...
A continuación vienen clásicos que hay que leer alguna vez en la vida: La isla del tesoro (Robert Louis Stevenson), Miguel Strogoff y La isla del fin del mundo (Julio Verne, del que aceptamos prácticamente cualquier lectura), Robinson Crusoe (en la versión de Vicens Vives), Las aventuras de Tom Sawyer (Mark Twain), Los crímenes de la calle Morgue y El escarabajo de oro (Edgar Allan Poe), Colmillo blanco (Jack London, del que leeremos en la segunda evaluación La llamada de lo salvaje), Oliver Twist de Charles Dickens (edición adaptada Vicens Vives) y El fantasma de Canterville y otros cuentos (Oscar Wilde).
Entramos ahora en el grupo de libros sobre el que a buen seguro podrán dar indicaciones los padres de nuestros alumnos, pues es probable que los leyeran en su momento: El pequeño vampiro (Angela Sommer-Bodenburg), La historia interminable y Momo (Michael Ende), Pippi Calzaslargas (Astrid Lindgren), Charlie y la fábrica de chocolate (Roald Dahl) y Los cinco (Enid Blyton; aquí se pueden elegir).
En penúltimo lugar viene una pareja muy particular, pues se trata de sendas adaptaciones de dos clásicos: La Ilíada y La Eneida. Si el año pasado leímos Las aventuras de Ulises (Vicens Vives, adaptación de Rosemary Sutcliff), ahora proponemos, también de esta fantástica adaptadora, Naves negras ante Troya, que cuenta lo que sucedió antes de que Ulises se diera ese garbeo tan provechoso por el Mediterráneo. También de un viaje trata En busca de una patria, la adaptación del clásico de Virgilio a cargo de Penelope Lively.
Por último, un nutrido y heterogéneo grupo de obras y autores contemporáneos, con predominio del misterio:
Agustín Fernández Paz, Cartas de invierno
José María Latorre, La sombra de la noche
David Lozano, Donde surgen las sombras
Laura Gallego, Finis Mundi
Laura Gallego, La hija de la noche
Carlos Ruiz Zafón, Marina
Carlos Ruiz Zafón, El príncipe de la niebla (1º de la Trilogía de la niebla)
Elifio Feliz de Vargas, Un pie que hablaba inglés