Fragmento de un poema de
Inmaculada Mengíbar
[…]
Y son tristes, lo sé, esos momentos hondos,
interminables, en que
las esperanzas son como fichas gastadas
y el futuro tan solo un juego estropeado.
Pero te quedan todos los sueños por delante,
mil arcoíris que
apostar a la luz
y soles y más soles que guardan el preciso
colorín colorado de los cuentos.
[…]
Y son tristes, lo sé, esos momentos hondos,
interminables, en que
las esperanzas son como fichas gastadas
y el futuro tan solo un juego estropeado.
Pero te quedan todos los sueños por delante,
mil arcoíris que
apostar a la luz
y soles y más soles que guardan el preciso
colorín colorado de los cuentos.
Otro poema de Ángel González
Otro tiempo vendrá distinto a éste.
Y alguien dirá:
“Hablaste mal. Debiste haber contado
otras historias:
violines estirándose indolentes
en una noche densa de perfumes,
bellas palabras calificativas
para expresar amor ilimitado,
amor al fin sobre las cosas
todas”
Pero hoy,
cuando es la luz del alba
como la espuma sucia
de un día anticipadamente inútil,
estoy aquí,
insomne, fatigado, velando
mis armas derrotadas,
y canto
todo lo que perdí: por lo que muero.
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