Podríamos empezar una cruzada con la lengua inglesa, que tan ricamente instalada está en nuestra sociedad, sobre todo en la publicidad. Aquí tenemos algunos ejemplos:
"Hamburguesa de pollo al estilo americano" (ya dirán cuál es, suponemos que a la barbacoa y con mucha salsa). ¿Está mejor el chicken que el pollo? ¿Es más crujiente y sabroso?
Cuando se acude a probar ropa a alguna tienda que pertenece a una franquicia española con nombre en inglés, te puede pasar esto, que no sepas qué es regular ("normal"), slim ("delgado o esbelto") y skinny ("delgadito", aunque no sabemos si famélico, porque vaya garrillas hay que tener para embutirse en unos de estos; tal vez "enclenque" hubiera resultado correcto). ¿Qué hubieran puesto de haber "tallas grandes"? ¿Plump, chubby, big-bellied? ¿O directamente no existe en su target este tipo de clientes?
Y la última. "Jersey" (voz inglesa) debería tener en plural otra forma ("jerséis").
Y por último, este ejemplo de nuestro papanatismo lingüístico
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